Un tapón de corcho con más de 2.000 años, igual que el primer día Las conclusiones de un estudio realizado por el Centre de Arqueología Subacuática de Catalunya y el Instituto Catalán del Corcho (ICSURO) demuestran la durabilidad del corcho a lo largo de los años, incluso en condiciones adversas cómo puede ser el fondo marino. En este sentido, se han comparado tapones de corcho actuales con tapones de más de 2000 años de antigüedad, encontrados en el fondo marino del Cap del Volt (Port de la Selva) e igualmente se han analizado algunos de los componentes principales como la lignina, la suberina y los polisacáridos.Ya era utilizado en el 3000 a.C. Dichos componentes hacen que el tapón de corcho sea elástico, compresible y el material idóneo para adaptarse al cuello de la botella de vino y cava, manteniendo así el oxígeno adecuado para conservar el caldo en óptimas condiciones. Y es que, en el año 3000 a.C., el tapón de corcho ya era utilizado en Egipto, en Babilonia y en Persia para almacenar alimentos. Asimismo, se ha analizado también la estructura celular de los tapones milenarios, comprobando que no se han degradado de manera significativa por la acción del agua marina. Esta investigación ha permitido reafirmar, entre otras conclusiones, que la utilización de los tapones de corcho era idónea para conservar el líquido que transportaban las ánforas de vino y que éste sigue siendo el material por excelencia para la preservación de vinos y cavas.El corcho, el vino y el cava El tapón de una botella puede desvelar grandes secretos sobre su contenido, ya que éste no sólo sirve para preservar el líquido, sino que además permite su evolución y maduración, constituyéndose como un elemento que influye en la vinificación y la determinación de las propiedades organolépticas del mismo. Así, el tándem formado por la barrica de roble y el tapón de corcho, ambos provenientes de dos árboles del mismo género botánico, el Quercus, es insuperable para la obtención de un vino con las mejores cualidades. El papel que juega el corcho en la elaboración del vino es de gran importancia ya que es un producto natural, muy ligero, flexible, impermeable e inocuo. Además, el corcho aporta aromas positivos propios al vino, además de brindarle textura y color. Las propiedades microcelulares del tapón, formado en un 90% por aire, posibilitan la evolución y maduración del caldo en botella gracias a su óptima permeabilidad al oxígeno y su disolución en el vino. Esto se consigue manteniendo el equilibrio entre dos reacciones químicas que tienen lugar en el vino, la reducción y la oxidación. Además de todos estos aspectos, a nivel de salud y bienestar, los tapones de corcho han probado su inocuidad alimentaria durante muchos siglos y ésta nunca ha sido puesta en evidencia. Es más, los tapones de corcho en contacto con el vino pueden generar compuestos saludables como la “acutisimina A”, un fuerte agente antitumoral. {jathumbnail off} http://bit.ly/PL5H0w